
Su primera víctima fue una vieja cuica que se picó a chora en pleno centro de Santiago. El Pape se hizo tristemente célebre en todos los medios porque la viejuja esta era miembro del lletsé.
Pero como no hay preso que dure cien años ni paco que lo resista, a los 25 minutos de su acto delictual nuestro querido personaje salió libre de las severas garras de la justicia chilena.
Esta vez la meta fue más ambiciosa: asaltar a mano armada una austera vivienda del barrio Vitacuma. Tarea no del todo fácil, pues la seguridad en esos sectores capitalinos consta de una buena dotación de cámaras, botones de pánico y guardianes ciudadanos, últimamente se han importado genuinos guardabosques de ou Canadá para resguardar los frondosos parques del pintoresco sector lais.
Así premeditó todo junto, después de una tarde de pipazos y pichicateos varios con el Lillo, su yunta de toda una vida. Consiguieron dos ñoncas, una matagatos y varias puntas, un par de pantis rotas de tu hermana y una mochila de campaña, esperaron que la noche se dejara caer y se dispusieron a perpetrar el suceso:
Carlos Pinto:
-Una vez que llegó la noche Pape y Lillo acecharon la casa del tranquilo barrio...estaba por comenzar la peor pesadilla de sus vidas, un hecho que hasta el día de hoy, jamás han podido olvidar...-.
(Bueno, la weá fue que el Pape y el Lillo saltaron la reja de la casa cuicona con todo su aparataje y se escondieron en el jardín, con tan mala cuea que los giles no tenían idea que el dueño de casa tenía mansos ni que perros doguenvailer)
Cuando se acercaron a las puertas de la vivienda, cuatro canes amenazantes los esperaban.
El Pape se volvió lívido y petrificado, mientras el Lillo ya había saltado como tres rejas y dos murallas y presionaba glúteos, corriendo como pedo sexual de religiosa.
Valeroso nuestro héroe, medio Chuck Bauer, medio Jack Norris, extrajo la ñoñca de su mochilón y se faenó a los pobres e inofensivos quiltros. Se echó al hombro a la nana de la casa que chillaba como marrano y apretó cueva:
-Bueno algo es algo, cierto guachita??.
-Suéltame cuma culiao, no sabís na lo que te espera.
Así fue como nuestro querido amigo Pape, tras su asalto frustrado regresó a su hogar en compañía de la Mary, su futura esposa con quién los años siguientes se aforraba tupido y parejo (claro que esas cosas no importan si son con amor).
continuará...
Pero como no hay preso que dure cien años ni paco que lo resista, a los 25 minutos de su acto delictual nuestro querido personaje salió libre de las severas garras de la justicia chilena.
Esta vez la meta fue más ambiciosa: asaltar a mano armada una austera vivienda del barrio Vitacuma. Tarea no del todo fácil, pues la seguridad en esos sectores capitalinos consta de una buena dotación de cámaras, botones de pánico y guardianes ciudadanos, últimamente se han importado genuinos guardabosques de ou Canadá para resguardar los frondosos parques del pintoresco sector lais.
Así premeditó todo junto, después de una tarde de pipazos y pichicateos varios con el Lillo, su yunta de toda una vida. Consiguieron dos ñoncas, una matagatos y varias puntas, un par de pantis rotas de tu hermana y una mochila de campaña, esperaron que la noche se dejara caer y se dispusieron a perpetrar el suceso:
Carlos Pinto:
-Una vez que llegó la noche Pape y Lillo acecharon la casa del tranquilo barrio...estaba por comenzar la peor pesadilla de sus vidas, un hecho que hasta el día de hoy, jamás han podido olvidar...-.
(Bueno, la weá fue que el Pape y el Lillo saltaron la reja de la casa cuicona con todo su aparataje y se escondieron en el jardín, con tan mala cuea que los giles no tenían idea que el dueño de casa tenía mansos ni que perros doguenvailer)
Cuando se acercaron a las puertas de la vivienda, cuatro canes amenazantes los esperaban.
El Pape se volvió lívido y petrificado, mientras el Lillo ya había saltado como tres rejas y dos murallas y presionaba glúteos, corriendo como pedo sexual de religiosa.
Valeroso nuestro héroe, medio Chuck Bauer, medio Jack Norris, extrajo la ñoñca de su mochilón y se faenó a los pobres e inofensivos quiltros. Se echó al hombro a la nana de la casa que chillaba como marrano y apretó cueva:
-Bueno algo es algo, cierto guachita??.
-Suéltame cuma culiao, no sabís na lo que te espera.
Así fue como nuestro querido amigo Pape, tras su asalto frustrado regresó a su hogar en compañía de la Mary, su futura esposa con quién los años siguientes se aforraba tupido y parejo (claro que esas cosas no importan si son con amor).
continuará...
Comentarios
Tírate el telefono por lo menos, cualquier cosa es mejor que WSC, bah, perdón... WCC.
Ya, nos vemos.
P.D: Siga jugando en mi bló.