
Dos siete minutos y ninguna idea. Sensación térmica como de cero grados y las calles blancas como hace más de quince años. Día nueve del octavo mes de los gatos, que se gestan en sesenta días y tienen siete vidas. Tengo una mención honrosa, dos terceros lugares y un diploma sepultado por el polvo, decenas de cómics de Daniel: quien le cerró la boca a cien leones.
Al lado una boleta por noventa y ocho lucas, al otro una estufa eléctrica con dos cuarzos que consume la energía de diez ampolletas de cien watts y una fortuna infinita cada sesenta minutos.
Me rasco la cabeza, no resulta, me rasco la axila, el pubis y los dedos del pie, pero no sale ninguna idea. Alzo la vista hacia el techo pidiendo intervención divina...tampoco. Me queda una vida por desperdiciar y un millón de esperanzas, tengo una persona menos dentro de mi corazón.
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