-Hoy haremos dictado. Nº 1: Indecisión.
-Noo, ¿O sí? No, es indesición. Na' que ver, indecisión , está mal.
Nota del dictado de 7 palabras: un 6.0. Porque indesición se escribe indecisión.
Éso debe haber sido en 7º, 8º básico a lo sumo. Bien, desde aquél día funesto, sigue siendo un concepto karmático para mí. Es un significante cargado al odio.
La gran mayoría de las veces, por no reconocer TODAS sé que decir, pero no así que decidir y, cuando lo hago ,la decisión correcta es todo lo que no hago. Es triste, pero estúpidamente cierto: siempre el camino que no seguí era la ruta a los laureles, a la gloria eterna y la felicidad ha- haha- há.
Lamentable, hoy cuando faltan 33 días 19 horas, 36 minutos y 18,17,16, 15 segundos para los 28 años, especulo que estoy a tiempo de enmendar las inde...iones? de antaño. Y me tomo todas las horas del mundo, más bien, todo el tiempo que resta para hacerlo, porque con todas las predicciones, sugestiones y charlatanerías apocalípticas que circulan de boca en boca y de imberbe a imberbe, no nos va quedando mucho.
Les sugiero que culpen a Dios, el es responsable pues en cada comienzo de era se manda a cambiar, dejándonos con todo el peso de la humanidad que el mismo creó y no supo como descrear: nosotros los pobres y tristes mortales. No nos va a prestar ropa cuando Ra (que es como la Pepsicola de Dios) nos ponga a prueba con una tormenta solar de aquéllas y quedemos todos como hormigas achicharrándose al calor de una lupa, ni menos aún va a bajar de su calentito paraíso a salvarnos cuando venga una glaciación. Si no, pregúntenle a los dinosaurios. Tampoco va a venir el alcahueta de Zeus, ni el rucio Thor, menos aún el mujeriego Alá.
Les sugiero que culpen a Dios, el es responsable pues en cada comienzo de era se manda a cambiar, dejándonos con todo el peso de la humanidad que el mismo creó y no supo como descrear: nosotros los pobres y tristes mortales. No nos va a prestar ropa cuando Ra (que es como la Pepsicola de Dios) nos ponga a prueba con una tormenta solar de aquéllas y quedemos todos como hormigas achicharrándose al calor de una lupa, ni menos aún va a bajar de su calentito paraíso a salvarnos cuando venga una glaciación. Si no, pregúntenle a los dinosaurios. Tampoco va a venir el alcahueta de Zeus, ni el rucio Thor, menos aún el mujeriego Alá.
Como la costumbre lo amerita, prepárense, porque cuando aparezca el primer atisbo de decisión correcta en mi vida: sí, justo ése día todo ésto se acaba.
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