Papelillo y su hermano Longi

Mi trabajo es llamar. Lllamar y cortar, llamar y cortar, llamar y cortar. Me otorgan un bono por cada cliente que contrate el visor. Mi jornada es flexible, al igual que mi sueldo. En mis horas libres espero que pase algo sobrenatural, esas cosas dignas de noticiario central. Que caiga un trozo de ovni en medio del patio de la comunidad, que muera un candidato presidencial antes del domingo. A veces entreno. Dicen que tomar una cucharada de aceite es infalible para luego beber sin parar cualquier tipo de alcohol. Lástima que este sábado hay ley seca. Hace mucho que no me dedico a escribir, el click del mouse me ha atrofiado los dedos y la habilidad de redactar con letra redondita y bonita. También la capacidad de autogestión. Antes, iba a la montaña, ahora espero que ella acuda a mí, a la misma velocidad que Rapa Nui se acerca al conti. Me da lo mismo el que gane, total el lunes igual me tengo que levantar temprano a la pega. Cuando paso por el kiosco leo las portadas. Me entusiasma la...